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Mientras espero clientes (ahora que caigo en cuenta, sueno como el estereotipo de una puta parada con una pierna doblada y recostada en la pared de una esquina bajo el farol del poste) escribo en mi celular todo lo que se me viene a la mente. La espera puede ser iluminadora, traer esa sensatez de la distancia cuando uno está tan cerca y plasmarlo en palabras aclara la mente. Así que aquí, transcribo lo que me pasó ese miércoles reciente. Me gustan las rutinas en mi vida y aplicarlas en el trabajo me hace sentir bien además que me da cierta estructura. Un día corriente empieza así: Llega un cliente por la plataforma de la inmobiliaria y se lo asignan a un corredor@ que en menos de una hora debe contactar al cliente y hacer citas para mostrar los inmuebles y presentarle más opciones. Este fue mi caso ese día de mitad de semana y así empezó mi historia con el apartamento 102. Luego del proceso corriente, busqué la descripción del inmueble en la página web: 78m2, 1 habitación, 1 terr