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Mientras espero clientes (ahora que caigo en cuenta, sueno como el estereotipo de una puta parada con una pierna doblada y recostada en la pared de una esquina bajo el farol del poste) escribo en mi celular todo lo que se me viene a la mente. La espera puede ser iluminadora, traer esa sensatez de la distancia cuando uno está tan cerca y plasmarlo en palabras aclara la mente.  Así que aquí, transcribo lo que me pasó ese miércoles reciente.  Me gustan las rutinas en mi vida y aplicarlas en el trabajo me hace sentir bien además que me da cierta estructura. Un día corriente empieza así: Llega un cliente por la plataforma de la inmobiliaria y se lo asignan a un corredor@ que en menos de una hora debe contactar al cliente y hacer citas para mostrar los inmuebles y presentarle más opciones. Este fue mi caso ese día de mitad de semana y así empezó mi historia con el apartamento 102. Luego del proceso corriente, busqué la descripción del inmueble en la página web: 78m2, 1 habitación, 1 terr

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  Mi post pasado tenía un tinte negativo, fiel reflejo d mi personalidad pesimista. Lo he pensado mucho y sí hay q dejar el corazón a un lado en los negocios, en los inmuebles q uno consigna y en los clientes. Se debe manejar cabeza y sangre fría xq cuando no sale algo uno lo toma personal. Dudar d su capacidad es lo primero q llega cuando se daña un negocio. Le duele q digan cosas negativas d su inmueble aunque uno sepa q no es de uno, q es otro el dueño y uno solo es el doliente. Palabra precisa, el doliente. X eso, hay q dejar el corazón a un lado y enfocar la inteligencia xq haga su trabajo. Pero Hoy, x ejemplo, llegué al apartamento de La y comprobé q yo soy mucho d corazón y eso me nutre. Este apto lo consigné hace meses y estoy a cargo, lo muestro, le limpio el polvo, le abro las ventanas xa q entre buena energía. Le he tomado cariño. Ya reconozco su olor característico y hago el pequeño ritual de saludarlo, limpiarle el polvo, abrir las ventanas y recorrerlo diciéndole q ho

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  Siete meses trabajando en bienes raíces y muy pocos negocios cerrados. Esto es lo que he aprendido (a veces a las malas) del negocio (aquí va el primer de varios párrafos). 1.        No hay que ponerle corazón a la cosa . Es decir, disciplina, dedicación, tiempo y constancia sí hay que aplicársela toda, sumados a ética, energía y ganas. Pero no hay que involucrarse tanto con los clientes e inmuebles que a uno le duela no hacer una transacción, presentar un interesado que no cumpla con los requerimientos de uno, o que se cierre un negocio, echándose la culpa. Esto solo sirve para perder perspectiva y crear ansiedad por la incapacidad de no lograr un determinado resultado.

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  Hay días cargados de mucha energía. Positiva o negativa da igual su resultado en mi cuerpo. Hoy le mostré a JI un apto que hace una semana valía $1.100M y hoy bajó a $980M. JI es un hombre que está empezando una familia. Esposa y dos niños chiquitos forman parte de su día a día ahora.  X esto, está buscando un apto espacioso que no haya q remodelar xa comprarlo. Le mostré uno q cumplía con algunos deseos de su lista de deseos. 15 minutos antes de la cita me mandó un audio la corredora q consignó el apto y me dijo q no fuera a hablar de precio ni a negociar con el señor xq sus hijas se encargarían.  Siguió contándome en un audio de casi dos minutos q el tema del apto era súper sensible xq él no estaba seguro d venderlo, q enviudó hace un año y la idea de perder también su hogar físico lo atemorizaba y ponía vulnerable en su máxima expresión. Con esta información entré con el cliente al apto. Creí q iba a encontrar un hombre mayor de 75 años, bolsas d ojos pronunciadas x llorar, encorv

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Uno entra a un apartamento y empieza a labrar una relación con él. Se imagina quién vivió ahí, porqué ya no lo hace. Uno es intrusivo porque se cuela en todos los rincones. Abre puertas y cajones buscando que funcionen bien, que estén en buen estado para no tener sorpresas luego. Lo recorre y se imagina, tal vez, la decoración perfecta para ese rincón al que le entra la luz de la tarde. Uno entabla una relación porque quiere que le guste el apartamento y cerrar un negocio diciendo honestamente que qué lindo es este lugar; uno quiere llegue un buen comprador o inquilino porque el sitio es bonito y está bien mantenido. Hay silencio cuando uno entra y sus pasos se oyen con eco. Los perros de los vecinos acompañan la escena, ventanas abiertas igual que cortinas para q entre la luz, las hadas protectoras. Entonces uno nota un bombillo led desenroscado en mitad del techo de la sala. No hay problema, es fácil de arreglar se dice a sí mismo. Se acerca y queda en ángulo cenital y detall

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No puede faltar el drama en el trabajo y los niveles de estrés que uno subestima en algunas sino todas las profesiones. La dificultad de esta profesión de agente de bienes raíces excluyendo correr detrás de una comisión, clientes impuntuales o insatisfechos, radica en que las llaves del inmueble no abran la puerta. El tema funciona así: llega uno puntual con cierto tiempo de margen para abrir ventanas, conocer el espacio, entablar una relación con el producto a vender. Contando con ese tiempo extra de, llámese coloquialmente esparcimiento, llega uno con las manos limpias y oliendo a perfume. Pone sus pies en el piso del hall del edificio. Saca el llavero y abre con suavidad la chapa. Sorpresa. No funciona. No gira la llave. Intenta varias veces haciendo cada vez más fuerza. No pasa nada. El reloj camina y los clientes ya están en camino. Maldice, pero a quién si no hay nadie. Busca al portero/persona d aseo para que lo ayude. Es una mano girando la chapa, otra empujando la puer

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Hoy sábado a las 11am tengo una cita con Mr. Jota Eme y en medio de un aguacero parqueo frente al edificio para avisarle al portero que yo JuanaBanana de la inmobiliaria V mostraré el apartamento 502. David, el portero revisa el celular del edificio y efectivamente estoy ahí y me autoriza la entrada. Así que saca el cuaderno de pasta dura con hojas llenas de columnas trazadas cuidadosamente con regla y esfero que cuentan todas las visitas al edificio Sotelo de la 75. Visitas identificadas ordenadamente por nombre y apellido, cédula, hora de entrada y salida, y motivo de la visita (la envidia de cualquier hoja de cálculo). Así que yo estoy en el renglón quinto con el motivo: Agencia V muestra el apto 502. Y así, me deja entrar no sin antes darme en tono cálido la bienvenida y guiarme con señas para parquear en el número dos exclusivamente. Mientras le doy las gracias conversamos un poco sobre la tranquilidad de la zona, los vecinos calmados, aunque uno que otro hace fiesta pero pues e

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 Días después de la búsqueda, la vibración positiva, la emoción, las palabras de que querían que yo fuera su agente personal para encontrar el hogar de sus sueños, recibí un Whats de Juana. En él me decía que Esteban y ella se habían decidido por otro apartamento. Bueh, al final me alegro por ellos y que hayan encontrado su palacio ideal. Ahora estoy en uno de pisos relucientes y en el cuarto piso para mostrar a las 9am. Escribo en mi celular todos los pensamientos que fluyen después de abrir ventanas para que las musas entren al mismo tiempo que el aire fresco. La dueña de este inmueble se llama Lilibeth y dejó las llaves en la portería dentro de un sobre de manila con un papel blanco y las instrucciones: "querid@: el edificio tiene salón comunal, terraza, gym, planta eléctrica". Mi clienta de hoy es Megan, así que con esos nombres, dueña e inquilina, seguro se entenderán. El sitio es tranquilo y central. El apartamento muy bonito. Yo viviría aquí. Una alcoba, cocina t

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Tengo cita para mostrar el apartamento 403 a las seis de la tarde. Son las cinco y treinta, abro las ventanas y cortinas, veo la vista del barrio y de pronto me asalta un miedo. No contaba con que el apartamento no tendría luz. Los tacos no funcionan y en la oficina nadie contesta. Toda clase de pensamientos asaltan mi cabeza. Confiemos en que no pasará nada. Suena el citófono anunciando a Juana y Esteban. Mi mente empieza a saltar de aquí para allá, de pensamiento catastrófico a otro, como un mico incansable, la monkey mind de la que tanto hablan. Me doy la bendición y refuerzo con una bendicioncita en la frente, otra en la boca y otra en el pecho por si acaso. Están subiendo en el ascensor. Tocan la puerta. Abro con expectativa y saludo a una pareja joven menor de treinta y tres años. Me presento, mucho gusto, encantada, vengan y les muestro este apartamento tan bonito. La historia se empieza a desenvolver tanto como yo. Me siento segura, extrovertida, con confianza como si es

La dignidad que da la actitud (Primera parte)

Dalisay* viene a trabajar los miércoles de 8 am a 1 pm. No tiene un horario fijo, su trabajo es de resultados y no de llenar tiempos. Ella es filipina y hasta que hablé con ella, creí que no tenía más de 45 años, sin embargo, en la corta charla que mantuvimos en la cocina mientras calentaba mi café, me dijo que tiene una hija de 24 años. También me contó que vive en Líbano hace 21 años y que llegó para trabajar pues era/es muy difícil la vida en Filipinas para una madre soltera. Vino patrocinada por una familia libanesa que la empleó durante años y que todavía la apoya para actualizar anualmente el permiso de trabajo. Hay ciertos trabajos que los orgullosos libaneses no quieren hacer, entre ellos están labores de limpieza tanto en la calle como en las casas, cuidado de niños, choferes, cocineros, empacadores en supermercados y otros más. ¿Y de dónde vienen estos trabajadores? La mayoría de Filipinas, Sri Lanka, Etiopía, islas Mauricio e India. También hay nepalíes. Al pri