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Mostrando las entradas de diciembre, 2019

La dignidad que da la actitud (Primera parte)

Dalisay* viene a trabajar los miércoles de 8 am a 1 pm. No tiene un horario fijo, su trabajo es de resultados y no de llenar tiempos. Ella es filipina y hasta que hablé con ella, creí que no tenía más de 45 años, sin embargo, en la corta charla que mantuvimos en la cocina mientras calentaba mi café, me dijo que tiene una hija de 24 años. También me contó que vive en Líbano hace 21 años y que llegó para trabajar pues era/es muy difícil la vida en Filipinas para una madre soltera. Vino patrocinada por una familia libanesa que la empleó durante años y que todavía la apoya para actualizar anualmente el permiso de trabajo. Hay ciertos trabajos que los orgullosos libaneses no quieren hacer, entre ellos están labores de limpieza tanto en la calle como en las casas, cuidado de niños, choferes, cocineros, empacadores en supermercados y otros más. ¿Y de dónde vienen estos trabajadores? La mayoría de Filipinas, Sri Lanka, Etiopía, islas Mauricio e India. También hay nepalíes. Al pri

La dignidad que da la actitud (Segunda parte)

(...) Dalisay   limpia casas y cocina, trabaja sólo para extranjeros y dice que es freelance -como yo, digo en mi mente-. Ella no es ilegal porque tiene patrocinadores libaneses, ha hecho su vida trabajando en casas ajenas, mandando remesas a su mamá e hija en Filipinas. Ya es abuela, su hija con quien no vive desde que tenía tres años ya es casada y tiene un hijo de tres -tres tres, las vidas pasan, pero el número queda estampado en la vida como un sello-. Altamente calificada y trabajando establemente, la hija es el orgullo de Dalisay . Ella le ha enseñado que la vida no es fácil pero que el trabajo arduo paga -en esta o en otra generación-. Dalisay tiene la seguridad en sí misma que les falta a sus colegas. Tal vez porque ella vino al país y dio con buena gente que la trató siempre con dignidad. Otras, sufren explotación desde el principio y abusos que hacen desaparecer cualquier asomo de confianza en sí y en el mundo entero. Además, es extrovertida. Puede ser que al estar

La dignidad que da la actitud (Tercera parte)

(...)  En Down town está el centro comercial Beirut souks -zuq es es mercado en árabe- con locales lujosos de marcas mundialmente reconocidas. Chanel, Rolex, Hugo Boss, Armani, H&M, Zara adornan sus pasillos. Restaurantes y cines divierten a los transeúntes. Las empleadas domésticas por días cobran entre 5 y 7 dólares la hora. Al mes están entre USD150 y 250. Unas gafas de sol en un almacén de moda cuestan USD350. Es decir que tiene que trabajar más de un mes tiempo completo para comprarse unas gafas que en la siguiente temporada estarán pasadas de moda y que seguramente su jefa compra. A veces en los fines de semana Dalisay va a los centros comerciales y pasa tiempo con sus amigos, pero sobre todo trabaja en su otro negocio: vende carteras que pide por internet. Vive más allá de Burj Hammoud y viaja en bus al trabajo. Esta ciudad es más parecida a las otras que he visitado de lo que a primera vista creí. Hay desigualdad, hay riqueza extrema y donde uno se mueve la re