Aeropuerto ElDorado (Bogotá)


Cada hora de las 24 que trae el día tiene una dinámica diferente. Casi nunca viajo por la mañana y ayer debía estar a las 9 y pico porque mi avión sale a las 12 y pico.

Los que trabajan por la mañana en el aeropuerto están despejados, se ven descansados y la luz solar les sienta bien. Empieza el día y pareciera que el afán de la vida se redujera bastante.

Me topé con la conversación de dos vendedores de dos almacenes diferentes, separados por un pasillo. Para no desatender cada uno su negocio, aunque el flujo de gente era mínimo, charlaban animadamente de almacén a almacén. Él le contaba que anoche le había preparado a John una comida especial, que para mí sonaba muy elaborada. Ella le preguntaba detalles y lo animaba en la conversación.

Yo pasé en medio de los dos y esto no alteró su conversación emocionada. Y seguí pasando hasta la sala de abordaje.

Pd: Si los posts tienen errores de gramática u ortografía, disculpen las molestias. Con 11 horas de vuelo en uno y dos en otro, sumado a esperas en aeropuertos y levantada temprano, no me fijo en este momento en detalles sino en escribir.

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