Lo multi-culti de Frankfurt
Tengo un puesto privilegiado. Silla cómoda, acolchonada de un restaurante bonito no tan lleno lo que me permite escribir sin culpas de demorarme. A mi izquierda, almacenes de Cartier y Rolex, Bvlgari, Salvatore Ferragamo y un duty free con más productos. Los pisos relucientes parecen espejos, ya un empleado del aeropuerto en su momento me hizo correr un poco para que pasara con la máquina de limpiar pisos parecida a un carro con cepillos en la parte inferior. El señor con uniforme de su talla estaba muy bien presentado, era formal, amable y educado. En este momento, una señora pasa un trapero seco por el piso, ella usa Adidas. Si hablamos de generalizaciones, el aeropuerto de Frankfurt es ordenado, bien señalizado, muy limpio, gigante. La amplitud en sus corredores hace que los miles de viajeros que lo visitan al día caminen con tranquilidad. Hay gente de todo el mundo. Literal. Se oyen idiomas que no se reconocen. Se ven vestimentas que no se relacionan con algún país. Se...